Fenomenología y Filosofía Primera 
«El filósofo se incluye a sí mismo, en cierto modo de una vez para siempre, en la peculiar tradición de los hombres sin tradición, o sea, de los socráticos» M. G-B.

Aguiar, y Alejos. La lengua insolente de Unamuno

Os animamos a participar de esta campaña crowdfunding, que nos comunicaron los profesores Aguiar, y Ranz.

Se trata de "La lengua insolente de Unamuno, el primer libro de la colección Sofía y yo de filosofía para niños. El objetivo de esta colección, de Ápeiron Ediciones, es fomentar la reflexión, el pensamiento y la lectura de la filosofía en edades tempranas mediante un conjunto de libros con ilustraciones. 
El dinero recaudado se invertirá en la impresión de un mínimo de 800 ejemplares de La lengua insolente de Unamuno, primer libro de la colección "Sofía y yo" de filosofía para niños. En función del dinero conseguido, se empleará en imprenta o se usará también para cubrir gastos de edición y publicación, distribución y publicidad. Los mecenas formarán parte del libro y recibirán ejemplares del primer libro de la colección." Los detalles aquí: http://vkm.is/unamunemonos


De La lengua insolente de Unamuno:

 "En Bilbao, hace casi ciento cincuenta años, nació un niño que, al poco de asomarse al mundo, se dio cuenta de que no quería morirse. Se llamaba Miguel de Unamuno y desde muy pronto dejó claro ese deseo, que no quería morir, que le gustaría estar vivo para siempre, por si acaso después de la muerte no había nada. Prefería incluso el infierno a la nada, porque la idea de desaparecer definitivamente le angustiaba de una manera terrible. [...]".

 "Como todos los niños, Unamuno se preguntaba qué sería de mayor. Pensó en hacerse sacerdote, porque había leído la biografía de algunos santos y le atraía la idea de ser uno de ellos, como San Francisco o San Agustín. Pero un buen día conoció a una niña, Conchita, cuyos ojos le fascinaban, y se hicieron novios a los doce años, además de hacer juntos la primera comunión. [...]".

 "Un día, en la isla, se dijo a sí mismo: —Hay dos tipos de personas: los que quieren durar y los que quieren vivir. Los que quieren durar obedecen a los gobernantes aunque la orden sea injusta, mientras que los que quieren vivir dicen la verdad al precio que haga falta. [...]".

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